Mi pequeño universo, tan pequeño y a la vez tan grande...

sábado, 28 de abril de 2012


-¿Tu lugar favorito en el mundo?
-¿A qué viene eso ahora?
-Tú contesta y ya está.
-Pues ahora mismo no se me ocurre nada, es que tía, ¡vaya preguntitas!
-Venga va, mójate, que pensar un poco de vez en cuando no viene mal.
-No, dimelo tú primero y así sé por dónde vas.
-Pues.. Otoño,en París, andando por un calle repleta de gente que no sabe ni siquiera que existo, tapada hasta los ojos, con un frío de ese que te hiela los huesos y viendo como caen las hojas amarillas de los árboles ¡ah! y sintiendo entre mis manos un chocolate muy caliente, ¿Contento? Venga va, te toca y ya no tienes escusa.
-Pues…
-Venga, ¡tío! ¿Un partido de futbol en directo? ¿El concierto ése que quieres ver desde que tienes uso de razón? ¿Un viaje con todos tus amigos al paraíso de la cerveza? No sé di algo, ¡lo que se te ocurra!
-Pues no, lo que has dicho es digno de ser mi lugar favorito del mundo, pero no, es algo más especial.
-¿Anda sí? Bueno, si aún me sorprenderás y todo.
-Mi lugar favorito del mundo es aquí, contigo, rodeado de toda esta panda de gilipollas que no se pueden ni imaginar lo mucho que te quiero.

Lúcete y arrasa


Ponte guapa. Saca los tacones de ese armario que tan prohibido tienes. Mídelos y asegúrate de que superan los 12 centímetros. Póntelos y pierde el equilibrio hasta que te canses de caminar como un puto pato mareado y comprendas que tú también puedes deslumbrar. Ponte el vestido más corto, apretado y sugerente que tengas, y el escote que no falte. Vístete del color que menos les guste a tus padres. Píntate tanto que tengan que decirte que eres muy pequeña para ello. Los labios de rojo pasión. Sumérgete en ese ritmo repetidizo que se hace contigo y causa un pitido en tu oreja cuando regresas a casa. Haz que tus pasos suenen a pesar del volumen de la música. Pídete algún cubata de más y ponte lentillas del color de tu Malibú favorito. Acércate a ese chico rodeado de chicas y déjales claro que para zorras ellas, zorra tu. Sácalo a bailar, dale un número falso y deja en manos del destino que vuelva a saber algo de ti. Llega tarde a casa y cuando te pregunten di que no volverá a pasar. Suena el despertador y vuelta a empezar.

Vive el momento

No creas en quien dice quererte, sino en quien lucha por tenerte.